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EL MEJOR LUGAR PARA DISFRUTAR EN FAMILIA

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Este rincón del país cuenta con decenas de cascadas, ríos y cultivos de naranja, fruta considerada como una de las mejores del Ecuador por su delicioso y único sabor.

Además, el río que lleva su mismo nombre atraviesa esta privilegiada región complementando así la belleza de su paisaje.

Si quieres conocer este lugar te ofrecemos varias opciones

 

 

DATOS RELEVANTES

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Situada en la vía Catarama-Guaranda, a 1.478 m sobre el nivel del mar, San Antonio de Caluma goza de un clima muy agradable y apto para la siembra y el cultivo de todo tipo de productos agrícolas, habiendo sido, en los valles que la circundan, la región donde se sembró por primera vez la caña de azúcar en el Ecuador.

Cada 23 de septiembre, con verdadero júbilo sus habitantes celebran la “Fiesta de la Naranja”, preparando para el caso importantes y atractivos eventos artísticos y culturales, así como la exposición de sus variados productos agrícolas, entre los que se destacan los cítricos como naranjas -de la cual es la mayor productora del país-, limones, toronjas, mandarinas, pomelos, etc.

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NUESTRA HISTORIA

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Existen diferentes versiones del origen y del nombre de nuestro terruño, muchas de ellas inciertas, algunas hasta fantasiosas. Otros, inclusive pretenden sustentar teorías antojadizas, logrando solamente confundir y hasta distorsionar, porque una historia que se precie de serla, debe estar sustentada en investigación documentada. Lo que hasta ahora está claro, es que la acepción "Caluma", en el diccionario dice textualmente: "Cada una de las gargantas o estructuras de la cordillera de los Andes". "Puesto o lugar de indios"', por lo tanto, aquello del indio jefe de una tribu que se llamaba Calumus o la de un árbol de la zona, seguirá siendo únicamente especulación,

Sin embargo, esto no impide recordar las innumerables anécdotas de los "mayores", que a la luz mortecina de un candil contaban sus "hazañas", ora luchando contra las inclemencias del tiempo, ora contra las enfermedades como la temible "palúdica", ora contra las asechanzas de serpientes venenosas o de fieras salvajes. Se puede asegurar que esas vicisitudes hicieron que el calumeño fuera forjando su especial carácter en el más recio crisol, enriquecido con la presencia de hombres y mujeres de diferentes características culturales y regionales que fusionaron, por ejemplo, las costumbres del montubio con las del de la sierra, creando una estirpe tan especial que ha perdurado a través de los años y que hoy por hoy constituye una verdadera identidad, uno de nuestros más grandes referentes y una de nuestras más grandes reservas culturales porque, al mismo tiempo que el calumeño es generoso, amable, respetuoso, hospitalario, honrado y solidario, es también valiente, altivo y temerario cuando las circunstancias lo ameritan. Si no, cómo se explicaría que haya vencido tantas dificultades: la inclemencia de inviernos tormentosos, lo escabroso de senderos por los que difícilmente se movilizaban a pie o a caballo, para llegar a la serranía llevando los productos de la zona y trayendo a su vez los del ande, o venciendo los mil y un peligros de la enmarañada selva tropical y los torrentosos ríos que surcaban en pequeñas y frágiles canoas hacia la costa, en busca del mercado donde hacer el trueque de sus productos con los de ese sector.

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